¿CÓMO SABER SI MI EQUIPO MÉDICO REQUIERE MANTENIMIENTO?
Existen diversas señales que indican que un equipo médico puede requerir mantenimiento, aquí te decimos algunas:
- Desgaste físico y antigüedad: El desgaste físico de los equipos también es una señal de que es necesario realizar un mantenimiento. Puede ser desde un desgaste en los botones hasta problemas con la pantalla.
- Ruido o vibración inusual: Cualquier ruido o vibración fuera de lo normal es una señal de alerta, ya que puede indicar problemas en los componentes internos del equipo.
- Funcionamiento incorrecto: Si el equipo no empieza a funcionar como debería, es señal clara de que algo no está bien.
- Calibración incorrecta: Si el equipo médico está calibrado de forma incorrecta, puede presentar lecturas erróneas, lo que puede poner en riesgo la salud del paciente.
¿CADA CUÁNTO DEBO DE REALIZAR EL MANTENIMIENTO DE MI EQUIPO MÉDICO?
La frecuencia con la que se debe realizar el mantenimiento del equipo médico varía dependiendo del manual del fabricante y del uso que se le dé. Te compartimos algunos puntos generales que se debe de tomar en cuenta:
- Revisión diaria: Es importante que el personal médico revise el equipo médico todos los días antes de utilizarlo, para asegurarse de que está funcionando correctamente.
- Mantenimiento preventivo: Es recomendable realizar mantenimiento preventivo por lo menos 1 o 2 veces al año, esto para tener un seguimiento de que el equipo este funcionando correctamente.
- Mantenimiento correctivo: Cuando se presentan fallas en el equipo médico, es necesario realizar mantenimiento correctivo de inmediato para evitar problemas mayores y en su peor caso, que el equipo sea perdido.
VENTAJAS DE REALIZAR EL MANTENIMIENTO CORRECTO DE SU EQUIPO MÉDICO:
- Fiabilidad y precisión de los resultados: Cuando se tiene un mantenimiento adecuado, el equipo médico garantiza la fiabilidad y precisión de los resultados de las pruebas y tratamientos.
- Mayor durabilidad y vida útil del equipo: el mantenimiento adecuado previene el deterioro y aumenta la vida útil de los equipos médicos, reduciendo sus costos de reparación.